Las 48 leyes del poder de Robert Greene: mi reseña honesta y por qué sigue vigente
Un libro incómodo y magnético sobre la influencia. Entre el pragmatismo y la manipulación, su lectura deja huella y dispara preguntas necesarias.

Las 48 leyes del poder
Llegué a Las 48 leyes del poder de Robert Greene después de oírlo citado por emprendedores y músicos que admiro, y tenía curiosidad por separar el mito del contenido. Publicado en 1998 y diseñado junto al productor editorial Joost Elffers, el libro pasó de culto a superventas, con lectores que van desde ejecutivos hasta artistas como 50 Cent, con quien Greene escribiría luego The 50th Law.
Greene se inspira en Maquiavelo, Sun Tzu, Talleyrand y una galería de personajes históricos para destilar 48 principios de influencia. Cada ley viene con juicio, transgresiones y observancias, reversos y un cierre práctico. Mi analisis encontró un manual directo y sin adornos morales que obliga a mirarse al espejo. Entiendo por qué algunas prisiones en Estados Unidos lo restringen y por qué sigue generando opiniones polarizadas. Si te interesa un resumen mental de tácticas sociales y de poder, pocas lecturas son tan francas.
Lo que nos gustó
- La estructura por leyes con ejemplos históricos hace que las ideas se queden en la memoria y facilita releer solo lo que necesitas.
- Los casos de Bismarck, Isabel I, Napoleón o P. T. Barnum ofrecen contexto vivo y ayudan a entender cómo operan los incentivos en cualquier jerarquía.
- Greene escribe con claridad quirúrgica y logra un tono directo que invita a aplicar con criterio en el trabajo, la política de oficina y la negociación.
Lo que no nos gustó
- El enfoque amoral puede resultar cínico y llevar a confundir lectura estratégica con carta blanca para manipular.
- Algunas leyes se sienten repetitivas y el libro puede extenderse más de lo necesario para lectores que buscan síntesis.
- Ciertos ejemplos están muy pulidos para encajar en la ley y a veces sacrifican matices históricos importantes.
Conclusión
En resumen, mi opinión sobre Las 48 leyes del poder de Robert Greene es que sigue siendo una lectura potente si se aborda con cabeza fría y una ética clara. Su mayor virtud es poner nombre a dinámicas que todos vivimos y pocos se atreven a explicar. Su mayor riesgo es olvidar que el fin no justifica cualquier medio.
Si te atraen los libros que te dan lenguaje para interpretar reuniones, negociaciones o alianzas, este resumen de tácticas te resultará útil. Mi analisis sugiere leerlo con lápiz, cuestionar cada ley y adaptar solo lo que encaje con tus valores. Las opiniones estarán divididas, pero ahí radica su fuerza: obliga a pensar por cuenta propia.
Te invito a leer Las 48 leyes del poder, subrayar tus tres leyes más aplicables y probarlas de forma responsable en tu próximo proyecto o conversación clave. El verdadero poder está en elegir cómo aplicar lo que aprendes.
Comentario adicional
Si te gustó El príncipe de Maquiavelo o El arte de la guerra de Sun Tzu, Las 48 leyes del poder de Robert Greene funciona como una caja de herramientas moderna. No es un evangelio y no pretende serlo, es un mapa de riesgos y oportunidades en relaciones humanas.
Frente a otros títulos del autor, como The 33 Strategies of War o The Laws of Human Nature, este es el más crudo y utilitario. Quien busca tácticas para navegar empresas competitivas, ventas o entornos creativos encontrará valor. Si prefieres libros con brújula ética explícita, quizá te funcione mejor combinarlo con lecturas de filosofía moral para equilibrar el analisis.