Opinion de Granada oscura: memorias y noir íntimo en una ciudad legendaria
Custodio José Perez Perez desarma la postal y convierte la ciudad en una conciencia que acusa y consuela a la vez.

Granada oscura
Granada oscura es un libro que mira a la ciudad sin filtros complacientes y pregunta qué queda cuando la luz turística se apaga. ¿Vale más la atmósfera que la intriga? La novela propone una respuesta desde la ética, el deseo y la memoria, con una voz que no teme lo ambiguo. En los últimos meses esta obra ha vuelto a circular en clubes de lectura y redes por su manera de repensar el noir desde lo íntimo. No hay ruido de efectismo, hay una respiración literaria que obliga a leer sin prisa y a subrayar. Por eso importa ahora, en tiempos de consumo veloz: porque exige atención y la recompensa.
Lo que nos gustó
- Voz narrativa que alterna distancia clínica y ternura herida, logrando que la ciudad funcione como conciencia y no solo escenario.
- Estructura en capas que dosifica la información mediante ecos y repeticiones significativas; cada capítulo obliga a recalibrar lo leído.
- Imágenes sensoriales que rehúyen el tópico turístico y sitúan al lector en texturas, olores y silencios que sostienen la tensión moral.
Lo que no nos gustó
- Un tramo medio cae en un bucle contemplativo que ralentiza la progresión de la intriga y puede sacar del flujo a lectores impacientes.
- Algunos secundarios operan como vectores temáticos más que como personas de tres dimensiones.
- El registro lírico de ciertas páginas puede descolocar a quien busque un thriller lineal de resolución inmediata.
Conclusión
Granada oscura es para quien disfruta de la novela de atmósfera, de los dilemas morales y de una prosa que se toma su tiempo para revelar capas. No será la mejor elección para quien busque giros constantes, golpes de efecto y un cierre absolutamente explicativo. Queda una idea sugerente y discutible a partes iguales: las ciudades recuerdan más de lo que cuentan. El libro invita a preguntar qué relatos susurran las paredes cuando dejamos de mirar solo los monumentos.
Comentario adicional
El libro se inserta en una tradición de novela de ciudad donde el espacio no ilustra, interroga. La oscuridad del título no solo remite a delito o violencia, sino a zonas ciegas de la identidad colectiva. La ética de la mirada atraviesa el texto, que alterna precisión casi documental con ráfagas de lirismo, un equilibrio inusual en el noir español reciente. También destaca el uso de motivos recurrentes luz, piedra, agua como partitura simbólica que guía las decisiones de los personajes. No hay grandilocuencia, hay una poética de lo cotidiano que ensancha el género y lo acerca a la crónica emocional. El resultado es una obra porosa, capaz de dialogar con lectores de literatura literaria y con quienes vienen del policial.