Cuando te atrevas a sentir: crítica del laberinto entre fracaso y deseo
Tamara Molina convierte la vulnerabilidad en motor narrativo y firma su tercera novela con Contraluz, donde Naila y Bruno preguntan qué significa ser suficiente.

Cuando te atrevas a sentir
¿Puede la ternura ser brújula cuando el éxito no alcanza? En Cuando te atrevas a sentir, Tamara Molina regresa a la narrativa sentimental para explorar lo que escondemos y lo que nos nombra.
Es la tercera novela de la autora barcelonesa y llega en varios formatos. Conviven la rústica y una edición especial de tapa dura, además de eBook y audiolibro.
Lo que nos gustó
- El contrapunto entre dos trayectorias vitales convierte éxito y fracaso en ideas encarnadas y activa preguntas incómodas sobre identidad y deseo.
- La mirada sobre ansiedad, expectativas familiares y vergüenza por la indecisión profesional produce escenas que perduran y generan conversación íntima.
- Lenguaje emocional sin moraleja que deja respirar a los silencios y hace que las escenas de intimidad sirvan al crecimiento de los personajes.
Lo que no nos gustó
- La amplitud de 536 páginas y ciertos ciclos internos pueden percibirse reiterativos en el segundo acto.
- Parte del elenco secundario funciona como soporte temático y no siempre alcanza espesor memorable.
- Quien busque un romance ligero o más irónico puede sentir el tono confesional como demasiado denso.
Conclusión
Cuando te atrevas a sentir es para lectoras y lectores que disfrutan de la introspección emocional, del romance que no teme mirar a la cara al miedo, y para quienes se preguntan si una historia de amor puede iniciar un proyecto de vida. Si prefieres comedia romántica desatada, tramas corales o una prosa que priorice la ironía, quizá este texto no sea tu mejor puerta de entrada.
Cerramos el libro con la intuición de que atreverse a sentir es también aprender a perder sin perderse. ¿Hasta dónde te mostrarías para que te quieran y cuánto de ti querrías guardar a salvo?
Comentario adicional
Este libro dialoga con la línea de la autora que ya conocimos en Donde no puedas encontrarme, debut donde el amor propio y la superación de vínculos dañinos marcaban la brújula. Allí el foco era la reconstrucción tras una relación tóxica y aquí el eje es la sensación de vivir a medio hacer, como si la vida fuese una habitación sin terminar.
Entre su anterior aventura festiva en Besar a un elfo y este retorno a las heridas contemporáneas hay un desplazamiento interesante: de la chispa estacional a la introspección sostenida. El fenómeno lector que rodea a Molina, muy activo en redes, ayuda a explicar la rápida disponibilidad en múltiples formatos y la apuesta de Contraluz por una edición especial para coleccionistas.